Cuando te compras un coche nuevo no tienes que preocuparte de nada, pero si compras un vehículo usado o cuando llega el momento de reemplazar los neumáticos viejos, no deberías tratar de ahorrar. Compra siempre el mejor juego que se ajuste a tu presupuesto.
Y es que la forma más fácil de entender por qué necesitas gastar todo lo que sea necesario en tus neumáticos es visualizar tu vehículo. Piensa en cómo está dispuesto mientras está en la carretera. Solo hay cuatro puntos de contacto entre el vehículo y esta, y esos cuatro puntos son los neumáticos.
Si compras los más baratos que veas sin importar su calidad para intentar ahorrar algo de dinero, en realidad viene a ser lo mismo que aceptar el hecho de que estás dispuesto a conducir un coche que tendrá un rendimiento peor que lo que debería.
Si estás bien con esa ecuación, nada que objetar. Sin embargo, eso también significa que tu vehículo necesitará mayores distancias para detenerse, tendrá peores características a la hora de tomar las curvas, y finalmente un desgaste deficiente o desigual de la propia goma.
Si compras neumáticos buenos te aseguras de que está conduciendo un vehículo configurado correctamente, uno que se comporta y funciona de manera consistente durante la vida útil y saludable del caucho envuelto alrededor de las ruedas.