Llamamos aceite de automóvil a cualquier tipo de lubricante de aceite usado con el fin de lubricar motores de combustión interna. Su finalidad primera es la de reducir la fricción de las piezas móviles además de limpiar, impedir la corrosión excesiva y controlar la temperatura y reducirla al transmitir el calor generado hacia las partes no móviles del motor y disiparlo. En sus inicios, se requería su extracción de grasas vegetales o de tipo animal, pero según avanzó la tecnología y con ella, las demandas de nuestros motores, los derivados petrolíferos comenzaron a estandarizarse mediante novedosas formulaciones que ofrecían una calidad superior y cumplían las necesidades automovilísticas de los nuevos tiempos. Estos tipos de aceites para vehículos se fabricaban mediante compuestos orgánicos (carbono e hidrógeno principalmente), e hidrocarburos a los que se añadían tradicionalmente distintos productos químicos capaces de mejorar sus capacidades. Hoy en día, la técnica ha continuado avanzando por lo que el mejor aceite para vehículos actual consiste en el llamado “de tipo sintético” con unas cualidades muy por encima de las ofrecidas por los tradicionales productos derivados del petróleo.
Pensando en aceites para autos y precios, es de vital importancia considerar que estos últimos tienen una importancia relativa. El aceite de motor es un elemento fundamental en los motores y sean de automóvil o de motocicleta, autobús e incluso avión, requieren siempre su perfecta adaptación a las características del motor para incrementar su eficiencia, evitar degradaciones innecesarias e incluso aquellas averías directamente provocadas por una incorrecta elección de lubricante. En el caso, por ejemplo, de que nuestro vehículo sea un automóvil clásico o un ciudadano con algunos años encima, conviene especialmente, verificar que pueda utilizar aceites de tipo sintético, puesto que lo que en principio puede parecer una acertada elección para el mejor cuidado del motor, podría transformarse en un caro quebradero de cabeza en forma de indeseado gripaje.
Con independencia de su marca y características básicas, cualquiera de los tipos de aceites para vehículos existentes en el mercado, crean una película de separación entre las diversas superficies en contacto y movimiento minimizando la producción de calor y su contacto directo. Gracias a la característica capacidad de conducir el calor del mismo, absorberá la temperatura generada por el roce entre estas piezas y lo transmitirá generalmente al aire o hacia alguna clase de disipador. Otro elemento fundamental de la ecuación es la viscosidad, esto es la resistencia del líquido a fluir libremente.
En todo caso, la viscosidad (que obedece a la sigla que aparece tras la “W” de “invierno” en nuestras latas de aceite), deberá respetar las recomendaciones del fabricante. Cuando usemos el buscador de nuestra web para encontrar una buena oferta de aceite de coche, no nos dejemos engañar por la falsa “sabiduría popular”. Si nuestro fabricante recomienda 15W30 para nuestro vehículo, tenga 30.000 o 300.000 kilómetros, fue diseñado para trabajar siempre con el mismo tipo. Aunque en los foros se escuchen otras cosas.